sábado, 30 de julio de 2011

No hallan vínculos entre los celulares y el cáncer en los jóvenes según un estudio

Un estudio europeo que involucra a casi 1.000 participantes no encontró ninguna relación entre el uso del teléfono celular y la existencia de tumores cerebrales en niños y adolescentes, un grupo que podría ser particularmente sensible a las emisiones de teléfonos.

El estudio, que apareció en la publicación del Instituto Nacional para el Cáncer de EE.UU., fue motivado por la preocupación de que el cerebro de los usuarios más jóvenes podría ser más vulnerable a los efectos adversos para la salud, tales como el cáncer, a partir del uso de teléfonos móviles.

En las últimas dos décadas, el uso de celulares se ha disparado entre los niños en países desarrollados, y un estudio sugiere que la mayoría comienza a usarlos a los 9 o 10 años. Los niños tienen un sistema nervioso en desarrollo y las emisiones de telefonía celular penetran de manera más profunda en sus cerebros. Estudios han indicado que el tejido cerebral externo de niños de 5 a 8 años puede absorber el doble de la cantidad de energía de un móvil que absorbe el cerebro de un adulto.

Datos sobre la salud pública indican que no se registró un aumento de tumores cerebrales entre los niños en EE.UU. y muchas partes de Europa, ya sea por el uso de teléfonos celulares o por cualquier otra causa. Las investigaciones más recientes "muestran que la existencia de un riesgo grande e inmediato de que los teléfonos celulares causen tumores cerebrales puede ser descartada", señaló Martin Roosli, autor principal del estudio y epidemiólogo del Swiss Tropical and Public Health Institute de Basilea, en Suiza.

Después de dos décadas de investigación, hay poca evidencia concluyente que vincule el uso de celulares a serios problemas de salud entre los adultos, tales como el desarrollo de tumores cerebrales.

Un estudio sobre adultos de 13 países, lanzado el año pasado, sugería que no había un mayor riesgo de tumores cerebrales entre los usuarios de celulares, en comparación con los que no eran usuarios. Sin embargo, los usuarios más asiduos parecían tener un riesgo ligeramente mayor de un cierto tipo de cáncer cerebral.

En mayo, sobre la base de un resumen de la ciencia actual, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que los teléfonos móviles eran "posiblemente cancerígenos" para los seres humanos. Sin embargo, incluso esa clasificación no vincula de manera específica el uso del teléfono móvil al cáncer. En cambio, en palabras de la OMS, significa que en tanto el vínculo había sido observado, "no podrían ser descartadas con suficiente confianza el azar, los sesgos o la combinación de factores". 

El estudio, basado en gran medida sobre datos aportados por los sujetos, tiene sus limitaciones. Los sujetos del estudio sólo habían usado sus teléfonos por un promedio de alrededor de cuatro años, lo que puede no ser suficiente para determinar el riesgo de cáncer. Además, el tiempo que dedicaron a llamadas de voz, cuando se sostiene el teléfono junto al oído, era relativamente poco. Muchos niños utilizan sus teléfonos más que nada para enviar mensajes de texto, en lugar de hacer llamadas.

Debido a esas limitaciones, y porque el uso de teléfonos móviles sigue en aumento, "deberíamos mantenernos atentos" a los posibles efectos en la salud de los niños, opina Roosli.
Los teléfonos celulares emiten radiación no ionizante, que tiene la energía suficiente para causar la vibración de átomos en una molécula, pero no lo suficiente para eliminar electrones. Las ondas sonoras y las ondas de luz visibles son otros dos ejemplos de radiación no ionizante.
Estudios en animales han sugerido que las emisiones de telefonía móvil no son lo suficientemente fuertes como para dañar directamente el ADN. Sin embargo, los temores de riesgo todavía existen, tanto para adultos como para niños.

Roosli y sus colegas estudiaron el uso del teléfono celular en 352 personas de entre 7 y 19 años que habían sido diagnosticados con tumor cerebral entre 2004 y 2008. También analizaron el uso de móviles por parte de 646 sujetos de control tomados al azar de la población general, pero que coincidía con el primer grupo por edad, sexo y región geográfica.

Fuente: The Wall Street Journal

No hay comentarios:

Publicar un comentario